Irene Montero posa a lo Tamara Falcó en ‘Vanity Fair’: «He descubierto que la moda no es impostura»
Irene Montero, ministra de Igualdad, ha concedido una entrevista a la prestigiosa revista Vanity Fair en plena pandemia posando como si fuese una celebridad del mundo de la moda. «La Preysler de Galapagar» es el mote con el que se describe a la ministra en un momento de la entrevista. «Estoy descubriendo que la moda no es siempre impostura, también es una forma de expresar cómo eres», asegura Montero durante el reportaje.
La dirigente de Podemos ha optado por lucir prendas de lujo para este reportaje en el que en ningún momento se hace mención a la pandemia del coronavirus que ha dejado hasta el momento más de 45.000 fallecidos. «Es la ministra que más titulares acapara. Irene Montero habla con Vanity Fair sobre feminismo, rumores de infidelidad, el acoso en su polémico chalet y cómo la maternidad ha cambiado su día a día y el de su pareja, el vicepresidente Pablo Iglesias». Así comienza la entrevista realizada por la periodista y escritora Joana Bonet.
Su relación con Pablo Iglesias, vicepresidente segundo del Gobierno y líder de Podemos, es uno de los ejes de la charla. Para una de las fotografías escogidas para este reportaje, a Irene Montero se la describe como «la política y mujer del vicepresidente Pablo Iglesias», una frase que no comulga con los valores feministas que tanto defiende la ministra de Igualdad.
Joana Bonet le pregunta a Montero sobre «una supuesta infidelidad de su pareja con una asesora», en alusión a Iglesias. «Quien se inventa esas cosas no conoce nuestra vida. Cualquiera que vea nuestra rutina se reiría mucho, como les ocurre a nuestros escoltas y a la gente que trabaja con nosotros», replica la dirigente podemita.
«Una de las formas de deslegitimar a una mujer es juzgarla a través de sus parejas, sus amigos, sus compañeros de militancia o partido. Lo combato, porque es machismo puro», defiende Irene Montero al tiempo que revela que hay machismo en Podemos. «No se me ocurre un espacio institucional donde no exista», añade.
Sobre las afirmaciones de que Pablo Iglesias es «un macho alfa», Montero sostiene que eso «forma parte de la intencionalidad de construir una imagen determinada». «A Pablo es fácil juzgarlo. No solo ha mostrado autoridad como secretario general, sino que ha sido el primer político que ha cogido tres meses un permiso de paternidad para cuidar a dos hijos prematuros mientras su compañera cumplía con sus tareas laborales», señala.
«Soy conservadora en las relaciones»
La ministra de Igualdad se define a sí misma como «muy vehemente, muy poderosa en ese sentido, y controladora con todo». «Procuro contenerme, trabajarme en ese aspecto para afrontar las cosas desde otra perspectiva. Tengo mi mala leche y también mis inseguridades, pero con los niños me doy cuenta del ímpetu y del carácter que tengo, aunque las decisiones sobre nuestros hijos son compartidas con Pablo, que se ha demostrado más hábil que yo en muchas cosas. Yo soy de empollar los temas, pero a la hora de ejecutarlos él mantiene la calma, es más capaz de llevarlo todo hasta el final», añade.
Además, se define también como «conservadora» en su relación de pareja con Iglesias y presume de haber tenido relaciones con mujeres en algunos momentos de su vida: «He probado diferentes cosas, claro… En la adolescencia, en mi juventud… Pero siempre me he sentido heterosexual»
Describe a la familia que mantiene con el vicepresidente segundo del Gobierno como «una bastante normal». «Hacemos juntos todo lo que podemos. Tanto Pablo como yo somos niñeros. Jugamos todos juntos en el suelo del salón. No es sencillo mantener la armonía con tres niños pequeños. Te puedes querer, ser una pareja engrasada y aun así, por la mínima chorrada, el cansancio, la saturación, puedes acabar mirándote y preguntándote: ¿De qué estamos discutiendo?», sostiene.
«La belleza es un derecho»
Irene Montero posa durante su reportaje con prendas de lujo como un vestido de punto de canalé y botones dorados de Maje. En otra fotografía aparece con un traje de chaqueta y jersey, ambos de Pedro del Hierro, y zapatos de Exé. El fotógrafo Javier Biosca, encargado de ilustrar la entrevista con sus instantáneas, también retrata a Montero con un jersey y pantalón de Woman para El Corte Inglés y botines de piel de Mango. En la última aparece ella luciendo un vestido de Maje y abrigo oversize de lana de Mango.
El pasado mes de agosto la ministra de Igualdad concedió una entrevista a la revista Diez Minutos, en la que también mostró una imagen de lujo y elegancia. Esta misma entrevista también se menciona en la de Vanity Fair, razón por la cual se la llega a apodar como «La Preysler de Galapagar».
A pesar de ello, Montero niega que la ostentación del lujo sea una de sus señas tradicionales en su día a día. «Nunca me compraría un reloj de 5.000 euros, ni de 1.000. Entiendo a quienes lo hacen con su dinero, aunque sean de izquierdas. Para mí es una desproporción y me crea cierto rechazo. Por otro lado, estoy descubriendo que la moda no es siempre impostura, también es una forma de expresar cómo eres», afirma.
«Mi suegra, que es abogada sindicalista, siempre nos explica que tiene la responsabilidad de ir tan bien vestida o más que los abogados de la patronal. Como si ser progresista implicara pasar penurias. Precisamente lo que la izquierda defiende es un reparto más justo. El acceso a la belleza es un derecho», apostilla Irene Montero.